Él mismo, en una entrevista al Diario de Jesuitas, nos lo define como “un sistema de marcaje gratuito, rápido y cómodo". Lo único que buscamos es comprobar que las bicicletas robadas pertenecen a su dueño.
El servicio es gratuito, nació en septiembre de 2009 y lo gestiona la Oficina de
Movilidad.
Más de 100 ciclistas ya han utilizado el registro municipal, que se encuentra en los bajos del Mercado Norte en la Plaza de España, y que graba un número en la horquilla trasera del cuadro y lo vincula a los datos del propietario para evitar robos.
Tras realizar una encuesta a los ciclistas de la ciudad la estadística destaca el alto porcentaje de demandadores masculinos (el 70% ) frente al de mujeres (que solo suponen el 30% restante).
El perfil, además, dibuja a un usuario de entre 30 y 45 años de edad, trabajador, y que utiliza la bicicleta para moverse por la ciudad y evitar atascos y estrés.
La máquina que graba el código en la horquilla trasera tiene un fundamento sencillo. Ésta se marca con una clave, que queda registrada y que servirá para encontrar a su propietario en caso de robo.
Quien robe la bici no solo tendrá que cambiarla de color o quitarle pegatinas para que pase inadvertida. Con ese grabado, inspirado en los que lucían las bicis en al segunda mitad del siglo XX con el escudo institucional del Ayuntamiento de Burgos, lo tendrá mucho más difícil.
(foto de la máquina que hace los grabados)
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